Una linda mañana, un café frio, leer el periódico, pensar, organizar papeles, hacer planes, un poema...

La taza de café, la cafetera,
el vapor que mitiga a mi esqueleto,
la obediente sartén, el amuleto
tiznado, la mostaza, la nevera,
el roto lavaplatos, la sopera
pimpante, los melindres del coqueto
jarrón versicolor, el parapeto
de vainilla, azafrán y primavera.
Lugar de integridades: mi albedrío...
Oh dichosa cocina: cuando muera
y mi tiempo sin tiempo vibre y crezca,
en ronroneo fiel todo lo mío
claro retorne a tu silvestre estera
y tu vapor sin fin lo desvanezca.
(Rosenmann-Taub, David)
English Version
Ingredientes:
1 taza de leche bien fría
1 1/2 taza de helado de vainilla
1/2 taza de café colado
1 cucharada de azúcar
1 cucharadita de vainilla
1/2 cucharadita de canela en
polvo (opcional)
Crema batida (opcional)
Preparación:
Ponga todos los ingredientes en el vaso de la licuadora y licúe por un minuto. Espolvoree con canela y sirva.
"Mi lucha por la existencia consiste en que a la hora del desayuno sea mucho más importante el aroma del café que las catástrofes que leo en el periódico abierto junto a las tostadas".
(Manuel Vicent)
"A la casa llegó el helado, nada planeado, periódico en mano, en la esquina corté las flores, hice este post".
