Hoy, limpiando y organizando el closet de mi hija encontré el libro "El porqué de las cosas", de Kathy Wollard y Debra Solomon. Este libro tiene alrededor de 10 años en mi casa, pasó de un hijo a otro.
Recordé, que estando mi hija en Preescolar, le pusieron una tarea de dibujar un arco iris y fue entonces, cuando consulté este libro y encontré el orden de los colores, para que la niña lo dibujara.
Recordé, que estando mi hija en Preescolar, le pusieron una tarea de dibujar un arco iris y fue entonces, cuando consulté este libro y encontré el orden de los colores, para que la niña lo dibujara.
Los colores del arco iris siempre siguen el mismo orden: primero rojo, luego anaranjado, amarillo, verde, azul y violeta.
En el pasado, la gente creía que el arco iris era un signo de los dioses; aparecía de repente en el cielo y se esfumaba, como por arte de magia.
En el pasado, la gente creía que el arco iris era un signo de los dioses; aparecía de repente en el cielo y se esfumaba, como por arte de magia.
Muchos de nosotros, hemos visto alguna vez un arco iris en el cielo y lo hemos disfrutado. William Wordsworth, un poeta inglés que vivió en el siglo XIX, escribió:
"Mi corazón salta de alegría
cuando veo
un arco iris en el cielo."
Las gotas de lluvia actúan como minúsculas prismas que descomponen la luz blanca en el espectro de colores. ¿Sabías que no siempre se necesitan gotas de lluvia para hacer un arco iris? La luz también puede ser refractada por la niebla o el agua pulverizada del mar.
No es común, ver dos arco iris a a la vez. El segundo, más grande y pálido que el anterior casi no se puede apreciar, tiene los colores a la inversa, la franja interior es violeta y la interior roja. Los dobles arco iris están provocados por haces de luz que se han reflejado dos veces en el interior de cada gota de lluvia.
Un arco iris no es una cosa en el cielo, como las aves o las nubes. Cada quien verá uno distinto (si tiene suerte, dos). Cuando ves un arco iris, es tuyo y de nadie más.
Este dibujo es para ustedes.
Fuente: Tomado del libro "El porqué de las cosas", de Kathy Wollard y Debra Solomon.
"Los buenos ratos hay que fabricarlos, porque los malos ratos, llegan solos."
(Joaquín Vargas Gómez)
"Los buenos ratos hay que fabricarlos, porque los malos ratos, llegan solos."
(Joaquín Vargas Gómez)
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