H. Jackson Brown escribió unos cuantos consejos, para dárselos a su hijo cuando comenzara la Universidad y lo llamó "Un pequeño manual para la vida".
- Elogia a tres personas cada día.
- Contempla el amanecer por lo menos una vez al año.
- Déjales buenas propinas a las camareras que te sirven el desayuno.
- Mira a los ojos a las personas
- Di "gracias" con frecuencia.
- Di "por favor" con frecuencia.
- Gasta menos de lo que ganes.
- Trata a la gente como quisieras que te trataran.
- Dona sangre todos los años.
- Haz nuevas amistades, pero cultiva las viejas.
- Guarda los secretos
- No pierdas el tiempo aprendiendo "las artimañas del oficio". Mejor aprende el oficio.
- Reconoce tus errores.
- Sé valiente. Si no lo eres, finge serlo; nadie advierte la diferencia.
- Escoge una campaña de beneficiencia en tu comunidad y apóyala generosamente con tiempo y dinero.
- Utiliza las tarjetas de crédito sólo por comodidad; nunca por el crédito.
- No engañes.
- Fíjate un año como plazo, para leer la Biblia de principio a fin.
- Aprende a escuchar. A veces, las oportunidades tocan muy quedo a la puerta.
- Nunca prives a nadie de la esperanza; puede ser lo único que una persona posea.
- En tus oraciones no pidas cosas, sino sabiduría y valor.
- No tomes decisiones cuando estés enojado.
- Cuida tu postura física.
- Cuando entres en un recinto, hazlo con determinación y confianza.
- Nunca hables de negocio en un elevador. No sabes quién podría oírte.
- No pagues un trabajo hasta que esté concluído.
- Sustituye la palabra problema por oportunidad.
- Aléjate de las murmuraciones.
- Cuídate de quien no tenga nada que perder.
- Cuando afrontes una tarea difícil, procede como si fuera imposible fallar.
- No aceptes más compromisos de los que puedas cumplir. Aprende a decir "no" con cortesía y presteza.
- No esperes que la vida sea justa.
- Nunca subestimes el poder del perdón.
- No dudes en perder una batalla si esto te lleva a ganar la guerra.
- Con respecto a los muebles y la ropa: si piensas usarlos durante cinco años o más, compra lo mejor que puedas pagar.
- Sé atrevido y valiente. Cuando vuelvas la vista atrás, lamentarás más las cosas que no hayas hecho que aquellas que hiciste.
- Olvídate de los comités. Las ideas nuevas, nobles y capaces de cambiar al mundo provienen siempre de una persona que trabaja sola.
- Declara la guerra a la basura.
- Los músicos callejeros son un tesoro. Deténte un momento y escúchalos. Déjales luego un pequeúo donativo.
- Cuando arrostres un problema grave de salud, busca la opinión de tres médicos por lo menos.
- No salgas de tu casa tras discutir con tu esposa.
- Si obtienes servicios, alimentos o productos de mala calidad, notifícalo a la persona responsable. Los buenos administradores apreciarán la información.
- No aplaces las cosas. Haz lo que sea preciso en el momento preciso.
- Establece con claridad tus prioridades. Nadie, en su lecho de muerte, ha exclamado: "¡Caramba, si hubirea pasado más tiempo en la oficina!"
- No temas decir: "No sé".
- No temas decir: "Lo siento".
- Elabora una lista de 25 cosas que desees experimentar antes de morir. Llévala en tu cartera y consúltala con frecuencia.
- Llama por teléfono a tu madre.
<Qué hermosas reglas. Su grandeza estriba, en parte, que se pueden aplicar a la perfección en cualquier etapa de nuestras vidas. Cariños.
ResponderEliminarHoy, encontré otra página del artículo con más consejos y los agregué. Cuando puedas lee lo que faltó.
ResponderEliminarAntes de escribir el "post" pensé: "Estas palabras van a ser bien recibidas por SIlvia".
Con el mismo cariño de siempre,
Cecilia